Warren Buffett "El oráculo de Omaha"

He elegido a Warren Buffett como al primer millonario a analizar, por su gran historial forjado a base de analizar minuciosamente cada uno de sus pasos, por un constante crecimiento económico y profesional sin dejarse embaucar por la codicia y las tentaciones, y sobre todo por su ética en los negocios.



Es considerado un mago de las finanzas, pero no tiene nada en común con los típicos "tiburones" de la economía y la industria. Desde un pequeño pueblo de Nebraska, Buffett, de 80 años, ha escalado rápidamente la montaña del éxito y de la riqueza, con un patrimonio estimado de 52 millones de dólares, aunque parece que todavía no se da por enterado. Minucioso, parsimonioso, para algunos incluso un avaro, el pequeño hombre de Omaha, ciudad en la que sigue viviendo, en la casa que compró hace 40 años por 31.500 dólares (ahora vale medio millón de dólares) ha asumido con el tiempo el papel de moralizador de las finanzas sin normas made in USA.


La leyenda sostiene que Warren Buffett nunca ha errado un golpe, y tal vez la realidad no se aleja tanto del mito. Hijo de Howard y Leila (Stahl). Su padre era corredor de bolsa. De muchacho, independiente de su familia, repartió periódicos para ganar algo de dinero y probablemente esto despertó su interés por los medios de comunicación, donde hizo posteriormente varias inversiones acertadas, incluyendo el Washington Post, una acción que le ha proporcionado mucho dinero y que él no parece tener intención de vender. Con su naturaleza emprendedora Warren probó en varios negocios a tiempo parcial pero su destino fue marcado cuando, después de graduarse en la Universidad de Nebraska, estudió economía en Columbia Graduate Business School y absorbió las enseñanzas del propio legendario Benjamin Graham, conocido como el padre de la inversión en "Valor" o "value investing".

Uno de los grandes reveses de su vida se lo dio su mentor Benjamin Graham. A pesar de que Buffet fue el único que obtuvo la nota de A+ en una de las clases de Graham en Columbia, tanto el padre de Buffet como el propio Graham no querían que el joven fuera a Wall Street, y Graham rechazó la oferta de Warren de trabajar gratis para él. Tiempo más tarde se replantearía la decisión y finalmente le llamó.

De 1950 a 1956 Buffet aumentó su capital de 9.800 dólares a 140.000. Sobre 1952 empezó a trabajar con Graham en una oficina, donde se pasaban los días analizando informes de bolsa de valores. Aunque ambos practicaban la filosofía inversora del value investing (invertir en empresas con sólidos fundamentos y siempre a largo plazo), había algunas diferencias. Mientras que Graham se basaba rigurosamente en el balance y en los ingresos de una empresa, a Warren también le interesaban mucho otros elementos más intangibles como el equipo gestor o la marca.

Graham finalmente se retiró y Buffett comenzó una sociedad limitada en Omaha, usando capital de su familia y amigos. La sociedad fue un gran éxito y Buffett dice que desde entonces ha conseguido un promedio de beneficios anuales de un 23 por ciento, mucho más que la media del mercado. En 1956, y con 100.000 dólares propios y otros 105.000 de 7 socios diferentes fundó the Buffett Associates, Ltd. A finales de año, la empresa gestionaba un capital de 300.000 dólares. Hasta 1961 Buffet alcanzó una rentabilidad del 251%, mientras que el Dow Jones, el índice de referencia de la bolsa americana sólo obtuvo un 74,3%. En 1962, la empresa contaba con un capital de 7,2 millones de dólares, de los que un millón pertenecía a Buffet. Ese año decidió integrar todas las sociedades en Buffett Partnerships, Ltd. y aumentó los requisitos de entrada para nuevos inversores a 100.000 USD. Diez años después, en 1972, los activos de Buffet Partnerships, Ltd. habían crecido en un 1.156% frente al crecimiento del Dow Jones, un 122,9%.


Pero su gran historia empezó en el año 1965; cuando Warren consiguió el control de una firma textil de Massachusetts: la Berkshire Hathaway. Buffett transformó esta empresa al borde de la quiebra en un caso de éxito probablemente único e irrepetible. En cuarenta años, Buffett ha convertido la Berkshire Hathaway en un holding con participaciones en las sociedades más importantes de todos los sectores de la economía estadounidense, garantizando a los propios accionistas dividendos altísimos y un alza media anual del valor de las acciones igual al 22 por ciento.

La Berkshire Hathaway controla directamente varias decenas de empresas y al mismo tiempo es una caja fuerte que guarda participaciones de peso en colosos del calibre de Coca-Cola, Nike, Gillete, una firma de utensilios de cocina, dos gaseo productos, hasta la empresa editora del Washington Post, el periódico que reveló el escándalo Watergate y obligo a renunciar al presidente Richard Nixon. Son inversiones importantes, pero siempre medidas con cuentagotas.



También bajo el techo familiar, Buffett ha sido siempre maniacamente cuidadoso hasta el céntimo. Poquísimas son las concesiones hechas a sus tres hijos. Se murmura que su primera mujer, Sussie, lo abandonó porque él no quería pagar nuevos tapizados para la casa, Sussie, fallecida en 2004, fue siempre socia de la Berkshire. Warren se casó hace muchos años con Astrid, una ex camarera de origen lituano.

El motor de los negocios de Buffett, ese tacaño y áspero gurú de las finanzas cuyas comidas consisten en un monótono dúo de hamburguesas con Coca-Cola, está constituido por las robustas cuotas de la sociedad aseguradora conservada en la Berkshire Hathawey: Geico, General Reinsurance, Indemnity. De allí sale la liquidez que permite al viejo Warren y a sus directivos (es una empresa old style, donde los jóvenes no son vistos con buenos ojos: los directivos más importantes pasan de los 60 años) llegar primeros al mercado de las buenas ocasiones y para colmo a precios regalados.

A destacar su espíritu moralizador de las finanzas, sugiriendo que aumentasen los impuestos a los ricos, porque es absurdo que él pague más impuestos por su casita de Nebraska que por su mansión de 4 millones de dólares de Laguna Beach. O que su secretaria pague el 30 por ciento de impuestos sobre sus ingresos mientras que a él solo le toca pagar el 3 por ciento. Además, se asigna un salario que resulta ridículo de apenas 100.000 dólares anuales, en contraposición de sus homónimos de Wall Street. A pesar de su fama de tacaño y de que haya recibido críticas por su postura negativa frente a la donación de fondos, Warren Buffett ha tomado, en junio de 2006, una decisión sorprendente: donar gradualmente el 85 por ciento de sus acciones de la Berkshire a cinco fundaciones distintas. La más favorecida, la fundación Bill y Melinda Gates, que recibirá la mayor parte de la donación: 30 mil millones de dólares.



Junto con él hasta hace unos meses "señor del dólar", Alan Greenspan, otra casandra que ocupaba desde 1987 el puesto de presidente de la Reserva Federal de USA, Buffet ha sido uno de los pocos en mantener sus dudas frente a  la new economy, a pesar del arrebatador crecimiento de las acciones del start-up de Silicon Valley. Se ha jactado en números ocasiones, hasta el punto de decir que "no es tan inteligente como para distinguir un buen negocio de una estafa". Un comportamiento que no le ahorrado críticas y comentarios irónicos por los grandes observadores de la economía estadounidense. Además muchos dudaron del genio de Omaha por sus bajas rentabilidades, pero se dieron de bruces con la realidad con la burbuja tecnológica de las puntocom. Warren nunca invertía en productos demasiado complejos o que no entendía, lo que mantuvo sus negocios a salvo de los vaivenes bursátiles. Una vez más el tiempo le ha dado la razón.

Los amos del mundo

Hojeando este blog uno se sentirá como Donald y sus sobrinos visitando la piscina llena de monedas de oro del tío Gilito. Al conocer las historias de los “millonetis”. No hay duda que aquellas montañas de doblones de oro relucientes, fabulosos diamantes, los hoteles y restaurantes frecuentados por el sultán de Brunei, los príncipes del software y las “popstars” de todos los países, provocan en el lector el mismo efecto que en el caso de los sobrinos del millonario de Walt Disney. Los ojos se dilatan, hipnotizados, y si se dibuja en ellos un signo $, éste no significa sólo dólar sino también delicia, delirio, deleite, ¿Qué efecto provoca ver todo ese dinero, tanto dinero?
Existen, por lo menos, dos tipos de seducción que incitan a cualquier persona a leer con interés las historias de los “millonetis”: la primera, surge del hecho de que a todos nos gustan las fábulas con final feliz, la segunda es que a todos nos apetece enterarnos de cómo lo hicieron porque siempre hay algo a imitar o a evitar.
Pero no sólo analizaremos las historias destacadas de multimillonarios, que tienen la particularidad de haber construido (casi todos partiendo de cero) un patrimonio cuyas cifras pueden producir vértigo. Además, os descubriremos las claves que permitieron la acumulación de sus riquezas, el camino que siguieron, la historia que les acompaña, revelar lo que ellos saben, entraremos a analizar al detalle inversiones y negocios, y en definitiva facilitaremos la vida al empresario-inversor.
Este blog está escrito para todos aquellos empresarios-inversores, que les gusta ser dueños de sus propias decisiones, de su patrimonio, ser dueños absolutos de su vida, y pretenden alcanzar la tan ansiada libertad financiera, ya hablaremos más adelante en que consiste, pero el objetivo final es tener la suficiente capacidad financiera para dedicarte sólo hacer aquello que a ti te gusta, sí, incluso estar de vacaciones.